Queda terminantemente prohibido llorar a escondidas con lágrimas de cocodrilo. Salir de casa sin una brillante sonrisa en la cara. No irse de fiesta todos los fines de semana. Queda prohibido resoplar cotinuamente y decir que no se tiene ganas. Esta prohibidísimo no llamar la atención, rechazar invitaciones a lugares interesantes con personas únicamente únicas, callarse cuando lo mandan y no reirse lo bastante fuerte. Lo dicho.
¡Qué este reino ya tiene princesa!
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