Vuelve, vuelve tarde pero vuelve, vuelve a mí si te pierdes.

jueves, 7 de febrero de 2013

Supongamos que cada mañana al levantarte te encuentras 1.440 euros. Sin hacer nada para ganarlos. Sin esfuerzo alguno. Puedes regararlos, gastarlos, divertirte con ellos o quemarlos. La única condición es que los que no uses,al final del dia desaparecerán. Así funciona la vida.La diferencia es que lo que te encuentras cada día no son 1.440 euros. Son 1.440 minutos. Piensa bien qué vas hacer con ellos. Los que no uses se perderán. Para siempre.
¿Cuánto dura un beso? ¿Ocho segundos?, ¿diez?, ¿veinte tal vez?, y sin embargo, ¿Cuánto tiempo puedes estar hablando de ese beso?
Hay cosas que duran un instante, pero de las que podemos estar hablando toda la vida.

lunes, 4 de febrero de 2013

Nos besamos, no vimos más que las sonrisas de nuestros labios. 
Dime que no, que no me buscas cuando no estoy. 
Dime que sí, que te vas pero que vuelves. Que te acercas pero te alejas. Que todos te ven, menos yo. Que todos se dan cuenta de este amor, menos yo. Que tú me buscas y yo te huyo. Que tú me huyes y yo te busco. Que es un juego, que es la vida. Con (tanta) ternura me miras. 
Si salieras de este callejón tan oscuro, donde me miras; donde me observas, entonces te vería; entonces te querría. Pero si te callas yo me callo.










No busco amores. No busco mentiras.

Defíneme (:) normal.

Dábamos vueltas sobre nosotros mismos pensando en todos esos ojos clavados en nuestros huesos. Pasearía, a bocados, por tu cintura, si me lo permitieras. Pero esta gente que nos mira no me deja. 
No me atrevo a cometer un acto tan inmoral, qué dirían todos si te besara aquí en medio. Cómo explicar tal pecado. Porque no es moral irrumpir en una iglesia en plena misa y ponernos a dar vueltas como locos. ¿No? Y no es que no crea en Dios, ni pretendo faltarle el respeto, pero una iglesia llena de mentirosos no creo que lo represente. Y me burlo de sus mentiras y no de sus creencias, que todos queremos tener para comer...
Aún así, me acerco un poco, a rozar tus mejillas con mi pelo y nos vamos, juntos, de la mano. Queriéndonos tanto o más de lo que nos queríamos antes. Puede que eso para vosotros, los demás, no tenga ningún valor, lo cierto que para mí tampoco, pero me reí tanto...(con todas esas caras de viejas indignadas).


Son los recuerdos felices los que más duelen, porque sé que nunca voy a volver a sentir lo que sentía a cada momento.

Pero, ¿qué cojones es "lo normal"? Porque yo no lo entiendo.