Vuelve, vuelve tarde pero vuelve, vuelve a mí si te pierdes.

domingo, 24 de enero de 2016

Quizá un té.

Me pregunto si puede ser que un día encuentres a alguien con quien eres totalmente tú, en toda tu esencia, con total armonía. Me pregunto si esa persona existe y, si existe, cómo vas a darte cuenta si estás tan cómodo que no te paras a pensar en nada. Tendría que ser una persona natural, carismática, con algo especial y que te haga sentir como quien se encuentra en su hábitat natural... no es fácil encontrar a alguien que te deje ser, como eres.

Siempre que me he guiado por mis sensaciones/emociones me ha ido bien, los actos impulsivos, las salidas a dar largos paseos, las ideas en principio tontas pero resultonas. Esas cosas que parecen una locura pero que en realidad son esas mismas cosas las que hacen que la vida sea un lugar interesante como para quedarse en él a vivir. En una de esas veces un impulso extraño me hizo dar un paso hacia adelante y resulta que ha funcionado, por sí solo, sin forzarlo, sin esperarlo, sin pedirlo.. o bueno, sí que lo había pedido mil millones de veces y por fin lo tengo, es todo mío, toda yo para mí y si encuentro a alguien que quiera vivirlo conmigo será estupendo. Y cuando digo alguien estoy pensando en un nombre, dos apellidos y un carisma espectacular, de esos que crees que nadie más en el mundo puede llegar a tener jamás.
Pero lo bueno se acaba convirtiendo en una graaaaan pregunta sin respuesta, llegan las inseguridades, el pensamiento extraño de no saber qué ni por qué o para qué. Son esas las cosas que siempre se lo cargan todo, esa burbuja de inseguridades que aflora tras cada batalla ganada por todas aquellas, perdidas.

De repente abro los ojos y vuelta a empezar, podría quedarme a vivir en tu cama, o en tu vida. Pero yo... ¿qué hago, preparo café, la cena o mi vida?

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