Vuelve, vuelve tarde pero vuelve, vuelve a mí si te pierdes.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Te has despertado en este sueño que no pertenece a nadie, no sabes dónde estás ni de donde vienes, lo único que tienes claro es que tienes que seguir adelante, has caído en este planeta lleno de gente indiferente, que no te entiende, que no hace nada por conocerte. Posibilidades tienes muchas, pero no conoces tus capacidades y las ganas vienen de vez en cuando, pero se pierden con los fracasos. ¿Cómo seguir? ¿Cómo seguir adelante cuando has perdido ya todo lo que amabas? Todas las cosas por las que luchabas, todos tus sueños rotos, los caminos cuestan cada vez más. Quizá hayas aprendido mucho más de lo que esperabas, pero no sirve, no funciona, hay algo en ti que no te deja avanzar, que no deja de quedarse pendiente, una cuenta sin saldar del pasado, un refugio inundado, una casita al borde del precipicio que da al mar.
Puede que un día despiertes en otro sueño, y todo haya cambiado, o seas tú quien no deja de cambiar, ¿quién es capaz de ponerse en tu lugar? Capaz o incapaz. Mil historias, el mismo final. Empiezas a pensar que quizás seas tú, quien no sirve para nada, la oveja negra de toda una sociedad, puede que todos encuentren el camino, menos tú, que todos encuentren ese amor, menos tú, que todos sigan avanzando, menos tú. O quizá seas tu la única persona que lo está pensando; vivir es una cosa, sobrevivir otra distinta. ¿Qué hacemos todos? ¿Qué haces tú, por ser feliz? Acaso ser feliz se puede elegir? ¿Es una actitud o una realidad? ¿Te puede pasar que por muchas personas que se crucen en tu camino ninguna llegue a enseñarte todo lo que ya llevas aprendido?
Hoy me he despertado en un sueño que no era el mío, en una vida que no me pertenecía, en un mundo que no entiendo y en el que miles de contradicciones me están volviendo loca. Me he despertado en un sueño que estaba siendo una pesadilla hasta que decidí que no fuera así. La vida es muchas cosas y las personas que te rodean forman parte de las decisiones que has ido tomando durante años, la vida puede ser muy dura pero también hay veces en las que es maravillosa, si nos quedamos con lo malo lo bueno nunca tendrá su lugar.
El sueño en el que me he despertado no es el que estaba esperando, pero es el que me ha tocado, puedo llorar, puedo reír, lo puedo odiar, pero cuanto más tarde en aceptarlo, más tiempo habré eprdido en cosas sin sentido.
Los sueños, como ríos, tienen puentes y tienen desembocaduras, también, como puertas, tienen llaves. Los sueños tienen dueños, y tienen resultados. Siempre es mejor ir sumando que ir restando porque lo que no muere no mata y hundirte es una forma de morir y de matar.
Abre los ojos y sigue soñando.

martes, 10 de noviembre de 2015

Es curioso lo vulnerable que es todo, todo lo que tienes, todo lo que haces, todo lo que amas, lo puedes perder, de hecho, estás a punto de hacerlo. Todo lo que taanto trabajo te ha costado, está al borde del abismo, al borde de volverse cenizas. Las flores se marchitan, los sueños se rompen, los trabajos se pierden y dejamos ir a personas que tenían que haberse quedado para siempre. Quizá sea mejor así, quizá todo pase por alguna razón o simplemente sea mala suerte, mala costumbre o un mal cuidado lo que ha echado todo a perder.
Lo dulce de la vida es poder tenerlo todo, ganar una lucha que en ocasiones te había vencido, encontrar el lado bueno de las cosas, el lado positivo, el lado que nos hace sonreír. Pero a veces tanto dulce se hace amargo, porque e imposible apreciar lo que tienes si nunca pierdes nada. El ser humano es egoísta por naturaleza y la idea que tiene de perfección lo acaba aburriendo y haciéndose monótona. Tiene que llover para apreciar la luz del sol.
Por eso, al final las personas cambian, aunque su esencia de vida siga siendo la misma, su carácter, su color favorito o la comida que detesta, hay cambios minúsculos que hacen que las cosas vayan a mejor. De una ruptura, por ejemplo, mientras en principio te había parecido que has estado perdiendo el tiempo, un día te das cuenta de que has aprendido a escuchar música dándole el valor que realmente tiene y dejarte llevar por ella, ahí es cuando realmente la disfrutas. De un despido quizá aprendas que esa forma de vida no era para ti, y de un suspenso que la carrera que estás haciendo realmente no va con tu personalidad porque por mucho que lo niegues eres quien eres, no quien intentas ser. Al final nunca somos lo que pensamos que debemos ser, sino lo que hacemos a la hora de dar la cara, de la verdad.
Un día lo tienes todo y al día siguiente solo quedan experiencias, disfrútalas, vívelas, siéntelas, compártelas, conócete a ti mismo, cierra puertas, abre ventanas... todo es cuestión de dar y saber recibir, quedarte con lo bueno y desechar lo que no te vale, puede que de esta forma consigas ser quien eres y quien quieres ser.
Juégate la vida, aunque solo sea una.

domingo, 8 de noviembre de 2015

-10

Vuelvo a escribir estando en el mismo punto en el que me encuentro siempre, y me encuentro a mí misma, sí, y no encuentro nada más. Solo lugares y más recuerdos, más causas perdidas, más muertos. Quizá tenga que ser así, quizá para ser yo tengo que ser nada más, o puede que esté en este bucle porque no sepa compartir ni dar ni recibir, quizás dar sí.
El problema no está en no gustar, en no salir, en no conocer... el problema está en pasar de seguir, en dejar de ver lo que vi cuando te conocí, en dejar de seguirte con la mirada cuando estás volviendo al coche. Todo es aprender constantemente y no aprendo, la didáctica del desamor y el niño afortunado, porque tú sigues aprendiendo, tú sigues siendo, tú sigues lloviendo. Pero ¿yo? Bastarse y sobrarse, tanta chapuza, tanto desgaste ¿para qué? Para volver a volver al submarino que me atrapa, que no me deja ir más allá de donde siempre estaba. ¿Quién me saca? ¿Alguien me sacará? Porque ya se que voy y que vuelvo, a veces enseño y otras veces solo hago el gilipollas como bien diría más de uno, pero no veo luz en el camino que me enseñe hacia donde debo ir.
Si solo fuera un rato, si solo fuera un texto, si solo fuera una metáfora, si solo fuera un poco más de lo de siempre podría entender que hay algo sensitivo ahí detrás de esa coraza pero no lo hay, no aparece y cuando está, se aburre pronto, me resulta fastidioso en seguida y no ríes y no lloras, porque no hay nada dentro ni fuera de ti, solo seguir porque lo que te hace feliz no está, no es lo que crees que es, siempre te equivocas, siempre pides, das, recibes... para nada.
Si te bastas y te sobras, ¿hay algo que va mal? Deja un hueco, un hilito, un momento y pasará ¿no?
Que difícil estar solo pero más difícil es estar conmigo.