El camino hacia la brutalidad.

Los días pasan, con saltos extraños y treguas insoportables, las dudas se hacen certezas y las lágrimas sonrisas, pero pasar pasan. A veces pienso, que lo nuestro no era amor, el amor es bonito, ¿no? Ya no queda del dolor que me causaba mendigarte por un beso, no queda nada de caricias a tu espalda... No queda nada de lo que fuimos en su día, y sobre todo, yo, he cambiado. He dejado de tirar mi orgullo por los suelos, he dejado de corregirme cada dos por tres o cada tres por cuatro, he dejado de callarme todas esas palabras que dices que te duelen, ya no me interesas tú ni tu amor de mala muerte. Ahora levanto la frente, sí, muy alto, hacia el mismísimo cielo, subo la barbilla, los hombros rectos, me dibujo una sonrisa y tiro pa' lante. No dejo que me pises, ni el tú de antes, ni el tú de ahora, no olvido el pasado porque tiene una repercusión en el presente, pero no puedo vivr sumergida en él, así que el presente es lo que importa.