Vuelve, vuelve tarde pero vuelve, vuelve a mí si te pierdes.

sábado, 29 de agosto de 2015

Yo me pregunto, ¿de qué sirve querer? ¿De qué coño te sirve quererme si a la mínima de cambio no dudas ni un segundo en echarlo todo a perder? ¿O es que no te das cuenta? ¿Es posible no darse cuenta de ser un auténtico gilipollas empedernido? Y encima mentiroso.
Es increíble una no sale de una para meterse en otra mierda todavía más grande y nauseabunda. Cualquiera hubiera mandado ya toda esta basura a la mierda pero no, lo interesante es intentar hacer de un capullo una persona mejor, una persona que crees que en el fondo es, una persona que estás segura que está escondida detrás de esa coraza que muestra a la gente. Y no.
No hay ninguna buena persona detrás de ese cabrón, no hay nada que sacar ni hay ninguna coraza, no hay nada bueno en él a excepción de tu ilusión y tu fe de que podría ser mejor si tú fueras capaz de sacar lo mejor de él. Pero no puedes, y está muy claro porqué no puedes: porque no hay nada que sacar.
A menudo nos empeñamos en hacer de alguien la mera ilusión de lo que fue o de lo que nos gustaría que fuera, pero esa personita imaginaria no existe, no hay nada que pueda hacerlo cambiar que no sea él. Por mucho que afirme y desmienta, tu no eres su amor ni es mentira que le has cogido ya como veinte mil mentiras.
"No se está dando cuenta" es la respuesta a todo mal, él puede hacer todo el daño que quiera porque ni lo hace queriendo, ni se está dando cuenta, ni puede cambiarlo. Es así. Es como si yo fuera por la vida partiendo cristales y nunca pagara por ello, ninguna consecuencia. Soy así.
Quizás por un momento debería de ponerme en su piel, pobrecito, la vida le ha dado una buena paliza, su primera novia le puso los cuernos, ¡Qué drama! Tras esa terrible experiencia a los quince ha tenido que arrastrarse tras aquella chica que "le arruinó la vida" (porque él ni se quiere, ni tiene cerebro para asimilar y pasar página) cinco meses. Y claro después de algo tan trágico nadie puede reponerse y volver a querer y a sentir o a ser un tío sincero. No, después de eso hay que ser un capullo ex buena persona resentido, que ni come ni deja comer.
A veces creo que ese tipo de tíos solo ve a esa quinceañera en todas las tías que conoce y no es capaz de reconocer y analizar, no es capaz de separar la realidad de la ficción. Y claro, que culpa tendrá ella, pero al final el asco se lo tenemos a ella, porque el pobre que pena nos da. Pero, quien no ha sufrido un desengaño que tire la primera pierda o algo así era.
Aferrarse a una ilusión es tan peligroso como tirarse de un avión sin paracaídas, tarde o temprano te das de bruces contra el suelo.

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