Vuelve, vuelve tarde pero vuelve, vuelve a mí si te pierdes.

jueves, 5 de mayo de 2011

te pillé

-¿Se puede saber por qué llevas gafas de sol en un restaurante en el que la luz es tan tenue que ni siquiera he podido leer la carta?
-Porque sí.
-Tu explicación al menos tiene el mérito de ser clarísima.
-Porque no quiero que veas la mirada.
-¿Qué mirada?
-LA mirada.
-¡Ah! Perdona, pero no entiendo una palabra de lo que dices.
-Te hablo de esa mirada que, vosotros, los hombres veis en nuestros ojos cuando nos sentimos bien con vosotros.
-¡Bueno, si tú lo dices! ¿y por qué no debería ver yo esa mirada?
-Porque si la vieras, enseguida empezarías a pensar en la mejor manera de dejarme.

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