antes que ver el sol, prefiero escuchar tu voz...mejor tarde que nunca
-Pero ¿qué pasa?
-Pues lo que pasa es que si de verdad querías hacerme un regalo, tenías que elegirlo tú, envolverlo en un paquete bonito y esconderlo como una sorpresa, porque habría sido una sorpresa. A eso se le llama ser detallista y es un rasgo poco frecuente en los hombres, que a nosotras nos vuelve locas. Y si con esto te intranquilizo, tampoco vayas a pensar que con detalles de ese tipo os vamos a saltar al cuello.
-Lo siento mucho, yo pensaba que te gustaría.
-Pues ya ves que no, más bien al contrario. No quiero que me den un regalo a cambio de mi perdón, los regalos deberían de ser de corazón.
-Pero si yo no quiero que me perdones por nada...
-¿Ah, no? Mira cómo te crece la nariz, pareces Pinocho.
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