Vuelve, vuelve tarde pero vuelve, vuelve a mí si te pierdes.

viernes, 29 de mayo de 2015

Y si...

Ya a penas recuerdo el sonido del carrete de la cámara con la que hicimos tantos recuerdos en papel y parece que fue ayer cuando por última vez lloraste en mis rodillas. Estar siempre donde estás tú, volver siempre al sitio donde nos encontramos tantas veces sin querer, llegar, sin pensar, a conjugar los verbos de la misma manera y a hacer sonar los desencantos con sonidos extraordinarios, poner caras raras cuando algo no te parecía bien era lo bastante, era como si fuera algo suficiente, nos valía con eso. Un parpadeo entre palabra y palabra y ya sabías que algo iba mal. ¿Recuerdas? Un conjunto de cosquillas al viento y el aroma de mi pelo en tu nariz a kilómetros, aun cuando quería quedarme... e iban las cosas tan mal.
Empezamos a vivir muy pronto para lo poco que quedaba y decidimos darnos cuenta de que la vida era un poco más que dar un paseo, porque lo más bonito e interesante siempre han sido las conversaciones de horas. Sin duda alguna las horas muertas hablando de cualquier tema, irrelevante pero sí, que pensamos que podríamos resolver, arreglar el mundo entero en un día y tú ponerlo a mis pies. Porque no dejamos de pensar en el futuro, en lo perfecto que sería todo; eras de esos que fingían su futuro para conquistar el presente y yo de las que si se rinden lo hacen sin que nadie se de cuenta, porque siempre quería salir ganando y al final perdimos mucho. De hecho, creo que lo hemos perdido todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario