Vuelve, vuelve tarde pero vuelve, vuelve a mí si te pierdes.

jueves, 23 de abril de 2015

Sin pensarlo.

Vencí lo que era el amor en aquella época, incluidos sus flechazos y muchos de ellos acabaron en fracaso. ¿Y qué? Luché contra viento y marea o, más bien, estaban en contra todas esas circunstancias que me hacen volver a pensar en lo que podía o no haber hecho de otra manera.
Me vencí, incluso, a mí misma porque me pasaron muchos de los trenes que estaba esperando por encima y seguí pensando que era la mejor manera de entender aquello que llaman amor. Dejé parte de lo que podría haber sido una forma de volver a respirar por ahogarme en mi propio resentimiento, en el victimismo de haber amado incondicionalmente, pero resulta que nadie te obliga a querer, ¿o si? Sucumbes a tentaciones que se hacen interminables y ya no sabes si es por ti o realmente por la otra parte, la parte que en realidad no está pensando en todo como lo crees estar haciendo tú, de la mejor forma posible. 
El caso es que vencí al amor, al desamor, a las ganas que tenía de amarte y de odiarte al mismo tiempo porque del odio al amor también tan sólo hay un paso, no fue fácil, pero fue posible. Lo único de lo que dudo ahora es si realmente habrá servido de algo como para algún día decidir volver a intentarlo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario