Vuelve, vuelve tarde pero vuelve, vuelve a mí si te pierdes.

lunes, 20 de abril de 2015

La moral.

Me gusta el mar, por infinito, por frío, por intranquilo, por bravío. Me gusta el  mar cuando en él me baño, me gusta porque es hondo y porque no sé ni lo que estoy tocando. Me gusta el mar cuando sales de él, porque cada gotita que cae al suelo de tu cabello es puro tesoro. Me gusta el mar por desconocido, por ondulado. Me gusta el mar cuando me acerco y me quema el agua por su temperatura tan fría y yo tan ardiente. Me gusta el mar porque me gustan los peces que de todo se olvidan, y me gustan sus juegos y sus bienvenidas. Me gusta el mar porque siempre está, donde debe. Me gusta porque a veces, se mete donde no tiene. Me gusta el mar porque es mucho y es poco. Me gusta el mar porque dicen que aquel día de la sirena el marinero se enamoró y de tanto esperar a que le crecieran piernas a la muy desgraciada el barco del marinero se hundió, no llevaba ni oro, ni plata, el barco llevaba una tonelada de sal y si el agua cristalina donde vivía la sirenita era dulce, se volvió salada. Y me gusta el mar porque casi todo lo une, y porque hay barcos que no regresan jamás. Me gusta el mar porque es tan malo como bueno, tan calmado como alborotado, tan tú, tan yo... ¿Quién decide lo que es bien y lo que es mal? A mí me gusta el mar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario