En resumen tengo que decir que sólo hay dos cosas que guían la vida, la esperanza y el amor. La esperanza sostiene hasta el ánimo perdido, hasta el sueño no cumplido, hasta la energía del fracaso y el futuro del ayer. La esperanza todo lo puede y el amor todo lo cura porque sin esperanza, ¿qué soy? ¿qué sería? ¿quién podría ser? Y sin amor, ¿qué haría? ¿a dónde iría? ¿con quién podría ser?
Hay un momento en el que me he preguntado si ya nada valía la pena, si ya nada tenía sentido, si todo lo que había hecho o estaba haciendo lo hacía mal, pero por muchos fracasos que he encontrado en la vida siempre había una luz, una salida, un rayo de sol, una promesa al viento... todo eso decía "ven aquí, aquí estarás bien" y era eso lo que me hacía salir del bache y construir una nueva ilusión. Ahí está la magia y todo el consuelo, ahí está el mejor momento, el momento de ponerse en pie y emprender un camino desconocido o repetir una y otra vez los errores ya cometidos para ver, si esta vez sale bien. Porque si es verdad que tenemos un angelito y un diablillo en cada oreja, yo al diablo le he puesto la esperanza muy cerca, para que cada vez que se equivoque y me lleve al vacío, recuerde que ese no es el buen camino y así alimento al diablo con blanco y al ángel con suerte porque a ningún otro le va a tocar un diablillo tan obediente.
Del amor han hablado tantos y tanto que cuesta creerlo y aún sigue costando contarlo, pero si cruzar un océano a nado parece un milagro puedo decir que por amor peores cosas se han intentado, y haya salido bien o haya salido mal siempre ha habido algo que ha resultado, que el amor ha salvado, ha dado gracia a la vida e ilusión al día a día, ya sea corto o sea largo, a primera vista o premeditado siempre es positivo, siempre es brillante y valiente porque el amor, el amor en sí, es la conexión que nos lleva a pensar, a sentir, a vivir... el amor es lo que nada más podría ser, porque es cambiante y a veces doloroso pero otras veces es dulce y sencillo, es magia, es un pasillo con marcos, es un bolígrafo antiguo, es un camino hacia ningún lado, es un destino, un mar de dudas, un cuento infinito.
Vuelve, vuelve tarde pero vuelve, vuelve a mí si te pierdes.
jueves, 6 de agosto de 2015
lunes, 3 de agosto de 2015
Básicamente no hay una base para esta frase.
De repente hay algo que te obliga a que pares, te obliga a poner los pies de nuevo sobre la tierra y respirar, abrir los ojos y volver a mirar hacia adelante con una sonrisa, con una ilusión, volver a sentir que hay algo por lo que vale la pena vivir, por lo que vale la pena luchar, por lo que vale la pena o la alegría levantarse cada mañana y madrugar. No puedes parar de pensar en como sería tu vida si lo hubieras tenido hace dos años o dentro de cuatro, ya no luchas contra ello, no te reprimes, no llamas a otras puertas, cierras ventanas, saldas las cuentas y no me mientas, porque sé que no lo esperabas, no estabas ni pensando en ello cuando se ha puesto en tu camino, en el momento más indicado, en el momento en que andabas perdido, en el momento que todo lo demás tan solo era un montón de ruido, de gente corriente, de sonrisas pendientes, de sueños rotos y de caminos perdidos, mucha mierda para tan poco pasillo.
No quedaba demasiado de aquella parte de mi que sabía que podría, que sabría que sucedería, que sabía que estaba ahí y si algo está para ti, no se puede ir. Porque siempre vuelve, vuelve tarde pero vuelve, siempre vuelve si por el bosque o por el frío se pierde y si no ha vuelto resulta que aparece porque no era aquello y es esto, es lo que no creías que sería, lo que en la oscuridad te guía. Y si pudiera, por un momento, pensar en todo esto, no me lo creería pero hay algo en ti que me sube la energía, hay algo en todo esto que poco a poco va teniendo argumento.
No quedaba demasiado de aquella parte de mi que sabía que podría, que sabría que sucedería, que sabía que estaba ahí y si algo está para ti, no se puede ir. Porque siempre vuelve, vuelve tarde pero vuelve, siempre vuelve si por el bosque o por el frío se pierde y si no ha vuelto resulta que aparece porque no era aquello y es esto, es lo que no creías que sería, lo que en la oscuridad te guía. Y si pudiera, por un momento, pensar en todo esto, no me lo creería pero hay algo en ti que me sube la energía, hay algo en todo esto que poco a poco va teniendo argumento.
martes, 7 de julio de 2015
A la mierda con los trenes que te comen la cabeza.
Te montas en un tren y el resto del mundo desaparece, podrías pasarte el resto de tu vida de travesía de un sitio a otro y te das cuenta de que jamás llegarías a sentirte totalmente solo, porque en el fondo es como eres, solitario, pudiendo compartir un momento, 17 horas, pero no toda una vida, aún no. Entonces te das cuenta de que este era el tren que llevas toda la vida buscando, el tren que no lleva a ninguna parte y aun sabiendo que en algún momento tendrás que hacer una parada para recopilar, este es tu momento, el momento en el que sabes que no hay nada que pueda ponerse en tu camino, no hay nada que pueda hacerte pensar que tienes miedo, ningún amor de invierno podrá quitarte la tranquilidad de poder coger un tren y desaparecer, y hacerte invisible; no ser de nadie, solo del viento. Tan tuya que cualquier día podrás olvidarte de si realmente algún día habrá alguien más porque lo único que te preocupa ahora es volar libre sin cuerdas, sin ataduras, sin pretextos, sin todas esas cosas que unen tanto pero al final separan. Sin peleas nocturnas, sin duchas frías, sin sueños rotos, sin caminos separados, sin preguntas y respuestas, sin investigaciones absurdas. Solo tú. No hay nada que pueda detenerte porque ahora sabes que hagas lo que hagas lo estas haciendo por ti, pensando en ti y siendo tan egoísta incluso admites que no te importa nada más en absoluto porque así es como eres feliz. Dueña de tu vida, dueña de tu suerte, dueña de todo aquello que te rodea porque quieres que lo haga. Tú eliges donde duermes y con quién, si paras a comer o prefieres desayunar a la hora de la cena.
jueves, 2 de julio de 2015
En[amor]ada [o no] de las imperfecciones. Voto sí.
Las personas no son perfectas, de hecho, sería mucho más acertado decir que todos somos realmente imperfectos y que es eso lo que nos hace especiales. La gente se casa, se enamora, hace amigos y todos ellos son imperfectos, tienen pecas, el pelo demasiado largo o demasiado corto, se comen las uñas, tienen las cejas muy gordas o demasiado finas...
Generalmente no somos felices hasta que por fin asumimos que no somos perfectos, que siempre habrá un pero antes de ser ideales y que en eso está la magia. La magia que nos hace ideales, ser nosotros mismos.
Siempre había pensado que los hombres se enamoran de mujeres perfectas, con curvas pero delgadas, con el pelo teñido pero que parece natural, con una sonrisa pintada de rojo, ya sabéis, de esas mujeres que ves y crees que en la vida lo tienen y siempre tendrán todo. Esas mujeres que, como olvidamos todos, tienen sus problemas, sus virtudes, pero también sus defectos e imperfecciones, en ocasiones llevan las puntas abiertas, o no paran de decir tonterías. Pero lo cierto es que no nos damos cuenta de que nadie es perfecto para todo el mundo, nadie tiene el carácter que le resulte agradable y excitante a todas las personas al mismo tiempo, nadie es absolutamente lo que todos estamos buscando, y eso nos ciega, y por eso vivimos equivocados.
Me he dado cuenta de que yo no soy perfecta, y dudo mucho que cualquiera que pueda leer esto lo sea, incluso dudo que CUALQUIER PERSONA de este mundo pueda serlo, porque no consiste en eso. La vida consiste en ser tú mismo, en aceptarte y quererte, y querer a quien te quiera y quien no te quiere pues que no te quiera, que no pasa nada. La vida consiste en levantarte un martes a las seis de la mañana y sentirte guapa (porque todos sabemos que los martes son los lunes pero peor), consiste en saber que, en algún lugar, hay alguien que no es perfecto para nadie más; sólo para ti. Creo que, sencillamente, la vida consiste en encontrar a alguien que, a pesar de tus rarezas, te quiera. Cambiaría todo el oro, la plata, las puntas siempre perfectas y los 50 kg por una persona que realmente esté ahí. AHÍ cuando yo lo necesite, cuando quiera compartir un silencio, cuando vaya a cortarme el pelo... una persona que entienda como soy y que me acepte tal cual. CREO, que es eso lo que, en el fondo, todos queremos.
Es muy fácil tenerlo todo cuando no eres sincero contigo mismo.
Generalmente no somos felices hasta que por fin asumimos que no somos perfectos, que siempre habrá un pero antes de ser ideales y que en eso está la magia. La magia que nos hace ideales, ser nosotros mismos.
Siempre había pensado que los hombres se enamoran de mujeres perfectas, con curvas pero delgadas, con el pelo teñido pero que parece natural, con una sonrisa pintada de rojo, ya sabéis, de esas mujeres que ves y crees que en la vida lo tienen y siempre tendrán todo. Esas mujeres que, como olvidamos todos, tienen sus problemas, sus virtudes, pero también sus defectos e imperfecciones, en ocasiones llevan las puntas abiertas, o no paran de decir tonterías. Pero lo cierto es que no nos damos cuenta de que nadie es perfecto para todo el mundo, nadie tiene el carácter que le resulte agradable y excitante a todas las personas al mismo tiempo, nadie es absolutamente lo que todos estamos buscando, y eso nos ciega, y por eso vivimos equivocados.
Me he dado cuenta de que yo no soy perfecta, y dudo mucho que cualquiera que pueda leer esto lo sea, incluso dudo que CUALQUIER PERSONA de este mundo pueda serlo, porque no consiste en eso. La vida consiste en ser tú mismo, en aceptarte y quererte, y querer a quien te quiera y quien no te quiere pues que no te quiera, que no pasa nada. La vida consiste en levantarte un martes a las seis de la mañana y sentirte guapa (porque todos sabemos que los martes son los lunes pero peor), consiste en saber que, en algún lugar, hay alguien que no es perfecto para nadie más; sólo para ti. Creo que, sencillamente, la vida consiste en encontrar a alguien que, a pesar de tus rarezas, te quiera. Cambiaría todo el oro, la plata, las puntas siempre perfectas y los 50 kg por una persona que realmente esté ahí. AHÍ cuando yo lo necesite, cuando quiera compartir un silencio, cuando vaya a cortarme el pelo... una persona que entienda como soy y que me acepte tal cual. CREO, que es eso lo que, en el fondo, todos queremos.
Es muy fácil tenerlo todo cuando no eres sincero contigo mismo.
miércoles, 1 de julio de 2015
'Me pesa más el bolso que la conciencia'
Es imposible saber lo que te va a pasar en la vida, pero lo que sí es posible es huir de lo que no te trae nada.
A menudo nos hacemos esclavos de cosas que no queremos o de personas que, en algún momento de nuestra vida, nos han aportado lo que necesitábamos pero que a día de hoy son un verdadero lastre en nuestro camino. A veces seguimos con esa persona por cariño, por respeto o por simple pena y lo cierto es que eso no hace nada bueno ni para nosotros ni para ellos. Estamos siempre tensos y saltando a la mínima.
Me acabó molestando todo, incluso cuando respiraba, a veces creo que eso era lo más me molestaba de todo, que aún respiraba el mismo aire que yo y yo no podía parar de pensar en como librarme de él. Un día me dolía la cabeza, al siguiente el estómago, luego tuve que bañar a mi pez. Lo típico.
Creo que todos hemos tenido en la vida a esa persona que ha terminado de sacarnos de quicio y a la que, finalmente, aunque en principio no fuera esa la idea, hemos hecho mucho daño diciendo cosas que, posiblemente, si las cosas hubieran sido de otra forma no tuviéramos que decir. No voy a ser yo la única que le ha cogido asco a la persona de la que, en teoría, estaba enamorada. Pero eso no era amor, era capricho, era obsesión, fuera lo que fuese amor no era, porque me terminé cansando de todo aquello por lo que me había acercado a él en vez de enamorarme cada vez más. Porque no sé si eso está muy claro, pero las personas se enamoran de los defectos, no de las virtudes. Virtudes tenemos todos, y todas son buenas, normalmente igual de buenas... pero defectos hay muchos más y cada uno con sus distintas manías; eso es lo mejor de todo, que te enamore la manía que tiene de rascarse detrás de la oreja cada vez que mira a la derecha y esa sonrisa pícara aunque sepa que te estás enfadando.
El caso es, que todos tenemos esa persona que nos ha confirmado que del amor al odio sólo hay un paso, y no es que sea un odio tremendista y ganas de matar (en ocasiones ya lo creo que sí), es odio de "pesadilla déjame vivir, ya no te quiero!!!!!"
Lo que no entiendo es porqué no somos sinceros desde el primer momento, los humanos somos perfectamente capaces de darnos cuenta justo al instante en el que una persona nos deja de agradar y que lo que antes era adorable ahora es odioso. ¿Qué pasaría si sencillamente dijéramos "ya no te quiero, no era amor, no sé lo que era pero no quiero verte más, me estás poniendo histérica"? En vez de alargar la situación y soltar el "no eres tú, soy yo". NO, no soy yo, somos tu y yo que no pegamos ni con cola, eres tu que no paras de rascarte la puta oreja cada vez que miras a la derecha y me estás poniendo negra porque creo que todo el mundo se está dando cuenta y se está preguntando por qué lo haces y por qué no te digo yo que pares.
Sería mucho más fácil hacer sencillas las rupturas diciendo las verdaderas razones (creíbles) y haciendo daño a corto plazo con la verdad, en vez de dejar que la otra persona se termine preguntando durante el resto de su vida por qué contigo no había funcionado.
A menudo nos hacemos esclavos de cosas que no queremos o de personas que, en algún momento de nuestra vida, nos han aportado lo que necesitábamos pero que a día de hoy son un verdadero lastre en nuestro camino. A veces seguimos con esa persona por cariño, por respeto o por simple pena y lo cierto es que eso no hace nada bueno ni para nosotros ni para ellos. Estamos siempre tensos y saltando a la mínima.
Me acabó molestando todo, incluso cuando respiraba, a veces creo que eso era lo más me molestaba de todo, que aún respiraba el mismo aire que yo y yo no podía parar de pensar en como librarme de él. Un día me dolía la cabeza, al siguiente el estómago, luego tuve que bañar a mi pez. Lo típico.
Creo que todos hemos tenido en la vida a esa persona que ha terminado de sacarnos de quicio y a la que, finalmente, aunque en principio no fuera esa la idea, hemos hecho mucho daño diciendo cosas que, posiblemente, si las cosas hubieran sido de otra forma no tuviéramos que decir. No voy a ser yo la única que le ha cogido asco a la persona de la que, en teoría, estaba enamorada. Pero eso no era amor, era capricho, era obsesión, fuera lo que fuese amor no era, porque me terminé cansando de todo aquello por lo que me había acercado a él en vez de enamorarme cada vez más. Porque no sé si eso está muy claro, pero las personas se enamoran de los defectos, no de las virtudes. Virtudes tenemos todos, y todas son buenas, normalmente igual de buenas... pero defectos hay muchos más y cada uno con sus distintas manías; eso es lo mejor de todo, que te enamore la manía que tiene de rascarse detrás de la oreja cada vez que mira a la derecha y esa sonrisa pícara aunque sepa que te estás enfadando.
El caso es, que todos tenemos esa persona que nos ha confirmado que del amor al odio sólo hay un paso, y no es que sea un odio tremendista y ganas de matar (en ocasiones ya lo creo que sí), es odio de "pesadilla déjame vivir, ya no te quiero!!!!!"
Lo que no entiendo es porqué no somos sinceros desde el primer momento, los humanos somos perfectamente capaces de darnos cuenta justo al instante en el que una persona nos deja de agradar y que lo que antes era adorable ahora es odioso. ¿Qué pasaría si sencillamente dijéramos "ya no te quiero, no era amor, no sé lo que era pero no quiero verte más, me estás poniendo histérica"? En vez de alargar la situación y soltar el "no eres tú, soy yo". NO, no soy yo, somos tu y yo que no pegamos ni con cola, eres tu que no paras de rascarte la puta oreja cada vez que miras a la derecha y me estás poniendo negra porque creo que todo el mundo se está dando cuenta y se está preguntando por qué lo haces y por qué no te digo yo que pares.
Sería mucho más fácil hacer sencillas las rupturas diciendo las verdaderas razones (creíbles) y haciendo daño a corto plazo con la verdad, en vez de dejar que la otra persona se termine preguntando durante el resto de su vida por qué contigo no había funcionado.
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