Vuelve, vuelve tarde pero vuelve, vuelve a mí si te pierdes.

domingo, 21 de diciembre de 2014

Donde hay un final, donde están los principios. Donde habita el olvido, me encuentro yo.

Puse el corazón en pausa, sin remordimientos, sin recuerdos, sin virtudes de los demás, sin sueños. Puse el marcador en 0,2 y empecé a recordar. Dónde empezó todo esto... ¿cuándo? Y vuelvo a tí, porque el asesino siempre vuelve al lugar del crimen, pero también las víctimas. La mente te la juega y vuelves a estar ahí, en el momento exacto donde comenzó todo y te das cuenta de que parece que no hace tanto, lo recuerdas como si hubiera sido ayer mismo. Todo parte de nosotros, de un concepto que se ha extinguido con el tiempo y con el llanto. Ahora es cuando te preguntas cómo cojones podrías volver a sentir lo mismo, pero a decir cosas diferentes, a actuar de forma distinta para ver, si eres capaz de cambiar algo de aquella historia. Pero es posible que todo hubiera sido exactamente igual, porque dos no pelean si uno no quiere. ¿O si? Ahí está la eterna duda de saber si hubiéramos sido capaces de salir del paso de forma diferente, sin causar todo ese desastre que parecía que no iba a terminar nunca. Y aquí estoy que parece que todo ha terminado, ni una chispa ya, ni una sonrisa, ni una sola lágrima más, después de todo no era para tanto... En cambio para tan poco ha sido demasiado, no sé si me explico.
Cada certeza ahora es más cierta, cada mentira ahora es más engañosa y cada caricia ahora es mucho más dura de lo que fue... ¿significa todo menos o más? El dolor se minimiza, se magnifica, desaparece. Silencio.

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