Vuelve, vuelve tarde pero vuelve, vuelve a mí si te pierdes.

jueves, 6 de febrero de 2014

¿Qué sería de mi vida si fuera a tu lado? (II)

La mirada que desprendían tus ojos estaba llena de rabia y dolor, ahora entiendo que te costara decir cualquier cosa, entre dientes empezaron a salir palabras de tu boca:
- El desayuno de ayer me dejó preocupado, no articulaste palabra en toda la mañana, ni por asomo apareció tu típico mal humor, ni tu sonrisa al dar el primer sorbo al café ardiente. Habías dormido en el sofá, y pude llegar a entenderlo, no me diste los buenos días, lo cual también comprendo, pero tampoco comentaste las injusticias del mundo que veíamos en las noticias, lo cual no me dejó indiferente; tú siempre tienes algo que decir... y yo solo escuché el silencio y el murmuro de la calle tras la ventana de nuestro apartamento.

- No tengo fuerzas para permitirte ocuparte de mí, como otras veces habías hecho. Necesito un espacio que me deje completamente sola. ¿Te han hablado alguna vez de la "zona de comfort"? Es una zona en la que estamos cómodos y a la que estamos acostumbrados, es esa zona que conocemos y de la cual no queremos salir. Yo no quiero salir de la mía, y la mía soy yo misma, yo sola. Yo, yo, yo... lo egoísta para mi mente es lo más fácil, lo más seguro. A ratos no soporto mi soledad, pero generalmente es donde, por más tiempo, me siento bien. Es evidente que mi compañía solo es buena para quien no decida entrometerse, y todos lo hacen.

- ¿Qué puedo hacer?

- Perderme para tenerme y olvidarme para recuperarme. Aunque nunca funciona. No es demasiado sano. Aún nunca ha funcionado.


Saliste de aquella cocina con la mente ausente,  no pude intuir lo que estabas pensando ni por un segundo... pero me daba igual. Hice mi vida aquella mañana, como si no hubieras existido jamás.

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