Vuelve, vuelve tarde pero vuelve, vuelve a mí si te pierdes.

viernes, 18 de diciembre de 2015

No quiero que no sea(s).

Me despierto y me acuesto sola, como sola, duermo sola, sueño sola, río y lloro sola. Hoy estoy aquí, sola conmigo misma, con mi alma, con mi verdad, con todas mis mentiras, con mi alma cuando pesa, con mi corazón que no cesa de buscar y no encontrar.
Siendo un gran vórtigo en mi interior y no puedo, no puedo seguir así, no puedo seguir estando sola pero contigo, sola pero con gente, sola pero acompañada. Es un gran dilema estar siempre sola porque no te aguantas pero no aguantas a nadie mas.
Quizá todas esas cosas, todos esos detalles en los que te fijas, los que buscas, la manera extraña que tiene de atarse los cordones, quizá sea eso la compañía, el instante de fe que siempre vuelve, el mensaje de las seis de la mañana, los besos por la ventana, el suspiro cuando te levantas, la mirada. O quizá no sea nadie y sea espera, una espera eterna a algo que no llega, que no vuelve, que no surge. Cuanto más buscas más te engañas y lo sustituyes, lo que no era amor no va a convertirse en odio, sino en indiferencia. Que es peor. Lo contrario al amor no es el odio, el odio es una fea forma de amar, odiar es mucho más que no querer, odiar es sentir y todo lo que sea sentir es amar, para bien o para mal.
Somos insoportables, y esas peleas, discusiones, dan vida, dan juego, dan lo que a los lagos le falta y lo que tienen los ríos, corriente e incoherente, dame amor dame odio, pégate palizas contra el suelo y sube a las nubes en el mismo cielo o baja al infierno. Conmigo.
Lo contrario, lo contrario al amor es indiferencia, es nada, es vacío, es un enorme hueco en el alma que no puedes llenar con ropa, ni con dinero, ni durmiendo mil horas se te va a quitar el cansancio del deseo de encontrar un amor a medida, uno sincero, uno que sepa y entienda como quieres, como eres... y aún así te quiera y te acepte y no te cambie, y no piense en dejar de hacer o dejar de decir, porque no es así, como es, no es así como era cuando te enamoraba, y a cada paso, a cada palabra: complicidad, y risa mucha risa porque la prisa también es buena y la pared una gran compañera.
Dame apoyo, dame amor, dame paz y dame guerra, dame los cinco minutos de silencio cuando no puedas conmigo y le cuento un secreto a tu ombligo pero, ¿qué le digo? Si te miro y no encuentro ningún otro sentido en la vida que amar para siempre, sin medida. Vida mía.

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