Vuelve, vuelve tarde pero vuelve, vuelve a mí si te pierdes.

lunes, 24 de octubre de 2011

Un amor caducado, tal vez...

El mejor ejemplo que puedo poneros para las cosas que caducan, sin duda, son los yogures. Son los que más caducan, de hecho, yo siempre los veo caducados, y la verdad, jamás me apetece comerlos. 
Ah, ¿pensabas que iba a decir amor? No, el amor sólo caduca en ocasiones. Y no, no le llamaría del todo caducar, aunque tampoco es que le encuentre otro nombre mejor. También pienso, que lo que le pasa al amor, es más bien que se satura y ahora te preguntarás qué es del amor saturado, pues puedo decirte, a ciencia cierta, que ese amor no sirve de nada. Bueno, sí, como una lección más e incluso echarte de menos es pasajero, quién lo iba a saber mejor que yo, que me paso la vida echando cosas de menos... 
Y tanto que se equivocan los que dicen no equivocarse en nada, el problema actual no es el echar de menos, sino todo lo contrario la gente se olvida tan rápidamente que el amor ha pasado a un lugar secundario en las prioridades, ya no importa tanto, ya no es lo que nos mueve por la vida. Aunque con esto sólo quiero decirte, que me llames rara, o romántica, venga, pero para mi el amor es lo primero, y siempre será así. Porque sólo me importa lo importante, y lo importante aunque hoy ni te salude, siempre serás tú.
Ah, volviendo al tema de los yogures... no me gustan para nada.

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