Vuelve, vuelve tarde pero vuelve, vuelve a mí si te pierdes.

miércoles, 14 de enero de 2015

¿Dónde se ha visto? Pedir perdón por ser tú mismo. Ajá.

¿No os pasa que cada persona os hace sentir sensaciones diferentes? ¿No os pasa que cada persona te hace ser de forma diferente?
Pues a mí me gusta la gente que me hace ser valiente, decidida, ingeniosa... las personas que hacen que me sienta graciosa, generosa, sincera, carismática. La gente que tiene algo que aportar, que aporta y conforta. La gente que espera y no desespera y te deja ser, como eres tú y no como son ellos. Me gusta la gente que me desafía, que me brinda buenos consejos, pero también la gente que me los pide. Me gusta la gente que habla de sí misma, de sus historias, de sus recuerdos y de sus fantasías, pero también me gusta la gente que me sabe escuchar. Porque me gusta la gente que hace que me sienta viva y siempre quiera un poquito más.
Me gusta la gente con personalidad, la gente independiente, los que no paran, los que siempre están riendo, los que lloran cuando toca y cuando no toca también pueden. Los que en un momento dado pueden ponerse serios, pero al final siempre prefieres que se rían. Me gusta la gente que sabe lo que quiere, que duda poco y hace lo que le apetece. Me gusta la gente que me hace ver que el mundo es un poco menos malo, que después de cada tormenta sale el sol... pero también esa gente que necesita que les preste un poco de mi sol porque el suyo se ha fundido. Me gusta la gente que recarga pilas y sigue la fiesta, la gente que no se cansa nunca de perseguir lo que quiere, la gente que es como realmente es... y que me hace ser, como realmente soy. Esa es la gente que quiero en mi vida, la gente que no se preocupa de lo que puedan pensar los demás, porque solo se arrepienten de lo que han dejado atrás sin hacer.
A mí me gusta la gente que saca lo mejor de mi, ¿y a ti?

sábado, 3 de enero de 2015

Llegando a este punto los conflictos morales pasan a ser conflictos reales. ¿Ahora qué? A veces pasa que las cosas son muy diferentes de como las pintan, de que no caben tantos besos en el mismo portal, no caben tantos nombres, no cabe tanto mal entre tanto bien. Creo que difícilmente podría explicarlo mejor, no se entiende ni una mierda. Y es mucho más simple y mucho menos complicado, cada uno va hacia lo que le llena, buscando algo que rellene el espacio que ha quedado vacío, el hueco que han dejado esos zapatos viejos lo rellena con unos relucientes tacones nuevos... o al menos yo, a mí me gusta hacerlo así en vez de cambiando de peinado. El conflicto empieza a aparecer cuando varias circunstancias curiosas y bastante inesperadas se aferran a no dejarte hacer lo que realmente querrías hacer. Los pros y contras. A los contras me remito. Entonces es como pasear por la delicada línea entre el bien y el mal, entre la felicidad y la tristeza, entre el acierto y el error.
Y ahí estás de nuevo, tropezando con una montaña de ideas, con una montaña de contras y otra de pros. Son piedras que siempre han estado en tu camino y que, en algún momento de él, se han vuelto montañas.




El vacío también es un GRAN dilema. 

martes, 30 de diciembre de 2014

Pocas cosas he visto yo tan claras. Llámala.

Es casi posible.
Cabe la posibilidad de que fuera posible si... de que fuera posible cuando... de que fuera posible porque...
Si hay lugar a duda; es posible. Si hay un hueco, un minuto, un silencio, es posible. Y como la ley de Murphy "si algo puede salir mal, saldrá mal". O no.
Entonces si existen tantas posibilidades, si el "no" ya lo tienes y si no haces más que pensar en lo mucho que lo deseas. ¿A qué estás esperando?



"La llamo o no la llamo" - Una duda en seis palabras.

sábado, 27 de diciembre de 2014

Y para estar total, completo,
absolutamente enamorado hay que 
tener plena conciencia de que 
uno también es querido, que
uno también inspira amor.

Mario Benedetti

viernes, 26 de diciembre de 2014

A muchos centímetros de...

Desaparecer sería una bonita forma de dejarlo todo tal y como está, sin estropear nada, sin esperar más de lo que realmente hay, sin temer el fracaso. Estaría bien aparecer en un lugar apartado para poder pensar en todo este año que dejas atrás y ver si hay una sola que cosa por la que merecería la pena volver, porque estaría genial que la hubiera, una cosa por la que dejar de sobrevivir y empezar a hacer las cosas de la forma correcta, con un objetivo, con una ilusión que hace años que no se pasa por aquí. Tal vez la vida consista en eso, en caer y levantarse, en volverse a caer y volver a levantarse, pero yo me pregunto... ¿Levantarse para qué?