Vuelve, vuelve tarde pero vuelve, vuelve a mí si te pierdes.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Que las palabras son infinitas.

En realidad es una pena que las palabras no se gasten, deberíamos tener un numero determinado de palabras que decir al día, y cuando se acabara, fin. Ya no podríamos hablar mas. Y sería mejor, créeme. Muchas veces no diríamos esas palabras que a veces sobran, los silencios dejarían de ser tan incómodos... ¿Quién sabe? Tal vez la gente se cansaría de pelear, por tal de no gastar palabras en vano. ¿No? Pues piensa que eso pasa con el tiempo, cuando lo pierdes, hay alguna vez que se acaba, y punto y ya no hay más.

Hay silencios que lo dicen todo, o más bien, hay ojos que lo dicen todo. Los tuyos siempre me han contado lo que intentabas ocultar. 
Aún a veces me dicen que me echas de menos...

En un mundo frío todos necesitamos un abrazo.

Finjamos que hubo una despedida, una despedida que separó lo real de lo irreal. Finjamos que ya está todo arreglado, que sabemos distinguir lo posible de lo imposible, o más bien, de lo improbable. 
Siempre supe que sabrías arrancarme todos mis miedos de un tirón, también que podrías volver mi cielo verde si quisieras, o incluso rosa, que taaaaaaanto me gusta. Pero no quieres. Podrías haberme llenado la mirada, pero preferiste dejarla tan vacía como cuando te conocí, ¿te acuerdas? Yo sí, oh... que buenos tiempos. Pero demasiado orgullo tuyo, he soportado ya, sabes perfectamente que cada milímetro de tu piel, cada palabra, cada mirada, acaban cada vez más con mi orgullo y a la mierda, ya estoy harta, lástima que el amor no tenga un diccionario donde buscar cuándo el orgullo es simplemente orgullo, y cuándo es dignidad. Así que yo, por si acaso, abandono. Olvido. Cicatrizo. Tu sabes, vuelvo al mundo real. 
Una última cosa, te lo prometo. Vuelve y al menos invéntate una despedida, finjamos que la tuvimos.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Me encanta la manera en la que ME mientes.

Dices que vengo, que voy, que siento, que escucho, que pertenezco, que sirvo para mucho, que me estremezco, que mi mirada es limpia, suave brisa, que sientes el deseo de tenerme cerca, que te distancias por miedo a perderme.

jueves, 1 de septiembre de 2011

El principio del amor es dejar que aquellos que conocemos sean ellos mismos, y no tratarlos de voltear con nuestra propia imagen, porque entonces solo amaremos el reflejo de nosotros mismos en ellos.