Vuelve, vuelve tarde pero vuelve, vuelve a mí si te pierdes.

sábado, 22 de agosto de 2015

Rimas sin sentido o sí.

Sintonizas tus oídos con mis gritos, cuentas al viento mis historias de las cinco, sales a jugar a pegar dos o tres mordiscos y yo miro. Pienso que puedo y que tú entiendes lo que veo, lo que siento, lo que pienso, que lo tienes en tu mente, en tu cuerpo, en tus 21 alientos.
Tú sabes lo que pido, lo que quiero, lo que creo. Por eso ven, siéntate, cuéntame, píntame un lunar en lo alto de la boca y sonríe, porque sabes que lo odio, porque subes como la espuma pero bajas ya sin odio, porque sientes que es verdad todo eso que te digo, todo eso que te cuento debajo de tu abrigo, porque es verdad que aquella noche hacía  mucho, mucho frío. Por eso tócame, siénteme, siéntate, dame un beso de esos de los que nadie ya recuerda, un beso en la frente no hay nada más real que eso, que tus hijos vean esa foto del paseo, ese vicio del paquete que ya solo quedan siete. ¿O no es de ninguna tienda? Porque hay cosas que no puedes comprar por mucho dinero que tengas, y el sueño de los ricos es comprar amor, pero el amor ni se alquila ni se vende porque eso sólo los que sienten lo comprenden y no es que no quiera llegar porque cuando tu no quieres llega, es que si no lo mereces no tiene cabida ni una tarta de galletas. Has tenido que vivir para comprender que lo que no tarda no llega, y madurar y pensar que lo poco que te queda es esperar a ese juego que yo traigo en la maleta y me pesa, y me llega por las rodillas cada rueda porque es más grande que tu y que yo, es más grande porque esta llena de sentimientos, de mentiras y de remordimientos, está vacía de la lucha de los dos por un mismo cuerpo y si tu amigo le ha echado el ojo primero quién decide quién la merece, quién puede y quién no debe, quién.

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